Esto representa la aplicación de más alto nivel del reciclaje de PET: el reprocesamiento de botellas de PET usadas en nuevas materias primas de grado de botella para la fabricación de nuevas botellas de bebidas o envases de alimentos.
Las escamas de PET reciclado de alta calidad se funden, filtran y peletizan en gránulos de rPET de grado en contacto con alimentos, que luego se pueden usar para soplar nuevas botellas de bebidas, logrando un verdadero ciclo de circuito cerrado "botella a botella". Es importante tener en cuenta que las regulaciones varían según el país con respecto al uso directo de PET reciclado en los envases de alimentos. En regiones como China, por razones de seguridad, generalmente no se permite el uso directo de escamas recicladas en envases de grado alimenticio. Sin embargo, en Europa y América del Norte, las escamas de PET de alta pureza y grado alimenticio pueden ser certificadas por las autoridades pertinentes y reutilizadas en nuevas botellas de agua o bebidas.
Además, el reciclaje botella a botella también incluye aplicaciones no alimentarias, como envases para productos de limpieza y disolventes químicos, que tienen requisitos de higiene más bajos. Este enfoque reduce significativamente la dependencia de la resina PET virgen y se considera uno de los modelos de reciclaje más sostenibles desde el punto de vista medioambiental.
Las líneas de lavado de botellas de PET de próxima generación adoptan cada vez más tecnologías de automatización para reducir la dependencia de la mano de obra y aumentar la eficiencia del procesamiento. Los sistemas como los transportadores automatizados y los paneles de control centralizados se han convertido en estándar. Toda la línea de producción está gestionada por PLC y sistemas informáticos, lo que permite el arranque/parada con un solo botón y la supervisión remota.
Las líneas de PET apto para uso alimentario de los principales fabricantes también están equipadas con máquinas avanzadas de clasificación de materiales y colores (por ejemplo, escáneres ópticos impulsados por algoritmos de IA), capaces de identificar y eliminar contaminantes no PET y escamas coloreadas, lo que reduce en gran medida la necesidad de clasificación manual.
Los sensores inteligentes permiten el monitoreo en tiempo real de los niveles de impurezas en escamas, humedad, color, etc., lo que permite el ajuste oportuno de los parámetros del proceso. Las variables operativas (temperatura, caudal, velocidad) se gestionan digitalmente, mejorando la consistencia y la trazabilidad.
A través de la automatización y el control inteligente, las modernas líneas de lavado de PET minimizan el error humano y garantizan una calidad de salida constante.